Para inaugurar este maravilloso rincón que he fundado para todos vosotros, os voy a hablar de “¡cosas que se dicen!”.
Sí, queridos amigos, tras una dilatada experiencia en el divino arte de tocarme los huevos, me he dado cuenta de que la gente utiliza algunas expresiones muy a la ligera. Para poner un ejemplo: cada vez que una persona menciona la frase “si es que a Madrid sólo le falta playa”, una trucha muere de un infarto de miocardio. ¿Qué a Madrid sólo le falta playa?
Vamos a hacer un ejercicio de razonamiento y a dejar macerar nuestras palabras por un momento. Imaginad una playa en el centro de Madrid. En serio, dejad de leer e imaginadlo… definitivamente creo que sería algo inviable.
Te levantas felizmente un domingo temprano para llevar a la familia a la playa, y tras chuparte una caravana de hora y media en la M-30, llegas a tu destino y te encuentras en el centro de la capital con la sombrilla en una mano, la nevera en otra y una tuneladora gigante que te cierra el paso. “Cerrado por obras, disculpen las molestias”.
Gallardón está excavando túneles, que digo yo, ya podía hacer castillitos, coño que tenemos playa. A tomar por culo bicicleta, entonces según el mapa de playas en Madrid, la más cercana está en Cibeles.
Metes a los niños, a la suegra y a tu señora en el coche, y te introduces en la gran urbe again. Hay caravana, parece que hay una manifestación de taxistas, esperas. Avanzas. Otra manifestación antitaurina, no pasa nada. Esperas. Avanzas, Poco. Otra en contra de los taxistas antituarinos… ¡Anda! Pero si ya hemos llegado a Cibeles, y sólo son las tres de la tarde, llegamos a tiempo para tomarnos un cocido madrileño en el chiringo. Virgen santa, está cortado el paseo marítimo, ¡no puede ser! Vamos a preguntar que es lo que ha ocurrido: "parece ser que la baronesa se ha encadenado a un chiringuito".
No pasa nada familia, que todavía nos queda una playa por visitar. Sacamos el mapa de playas de Madrid. A ver… La Cañada Real. Nos queda esta. A la tercera va la vencida, no puede fallar.
Y en efecto, llegas allí, respiras hondo triunfalmente y clavas la sombrilla entre residuos y basura, pero te da igual, has conseguido tu ansiado objetivo.
¿Gente rara sin dientes que te mira y te pide un sigarro? También, pero hay que adaptarse al entorno, así que amablemente sacas tu paquete de tabaco y les das un sigarro. Y el bolso de tu señora. Y las llaves del coche.Vamos, que se llevan todo menos a la suegra que es lo que te interesa.
Pero eso no consigue mermar tu feliz día de playa en la capital. Tus hijos juegan felizmente en el agua lanzándose la pelota y los excrementos humanos que flotan alegremente en la orilla. Si es que no hay nada como disfrutar en familia de un buen día de playa en Madrid.
Eso sí, y como consejo personal para todos: si tu hija te trae un preservativo colgando de un palo, no olvidéis amigos míos: “medusas hija, medusas”.
Ya sta aqui tu primer seguidor chavalin! me alegro de que por fin te hayas lanzado...y encima con un precioso motivo madrileño! Dale fuerte y no lo dejes que estamos ante un pequeño Hank Moody en potencia!
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